lunes, 6 de mayo de 2024

Conclusiones del Foro de Universidades celebrado en el marco del XXII Congreso Iberolatinoamericano del Asfalto (CILA) (Granada, España, del 22 al 26 de abril de 2024)

Estas conclusiones fueron presentadas oralmente en el propio Congreso el día 23 de abril y su grabación puede encontrarse en el siguiente enlace (entre el minuto 10:48 y el 19:15):

https://vimeo.com/937974552

 

A partir de una propuesta inicial del Prof. Ángel Sampedro, de la Universidad Alfonso X el Sabio, el domingo 21 de abril tuvo lugar la primera actividad del XXII Congreso Iberolatinoamericano del Asfalto, la tarde anterior a su inauguración oficial: la celebración de un Foro de Universidades. Se pretendía aprovechar así el hecho de que una proporción apreciable de los congresistas procede del mundo académico, con el convencimiento, que quedó ratificado durante la sesión, de que sus preocupaciones son muy similares, independientemente del país y de la universidad. El acto fue inaugurado por Dª Montserrat Zamorano, Vicerrectora de Infraestructuras y Sostenibilidad de la Universidad de Granada.

El Foro se articuló en torno a cuatro ponencias, muy breves todas ellas, pues su objetivo era, simplemente, lanzar el debate y que pudiera haber una participación abierta de todos los asistentes. Estas cuatro ponencias fueron las siguientes:

-        Las relaciones entre universidades de distintos países, a cargo de Luis Picado-Santos, del Instituto Superior Técnico de la Universidade de Lisboa, Portugal.

-        La colaboración de la universidad con la industria de la pavimentación asfáltica, por Silvia Angelone, de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina.

-        La colaboración de la universidad con las administraciones públicas, que corrió a cargo de Carlos M. Chang, de la Florida International University de EE. UU.

-        La cuarta y última ponencia fue desarrollada por Silvia Caro, Vicerrectora académica de la Universidad de Los Andes, de Colombia, que trató de la formación de nuevos perfiles profesionales para cubrir las nuevas necesidades de la industria.

La principal conclusión del Foro es que hubo un vivo debate después de cada una de las ponencias, con numerosas réplicas y contrarréplicas. Muchas cuestiones quedaron abiertas, haciendo patente la necesidad de continuar con los intercambios de pareceres no solo en futuras ediciones del congreso, sino también, como propuso acertadamente, el Prof. Luis Picado- Santos, manteniendo contactos permanentes de una manera sencilla y directa, como puede ser a través de WhatsApp.

En relación con los cuatro argumentos seleccionados para articular el Foro, se subrayaron en todos los casos dos dificultades a la hora de conseguir los objetivos que se pudieran plantear:

-        La burocracia.

-        La insuficiencia de los recursos disponibles.

Se puso el énfasis, así mismo, en que, si bien en todo el mundo se reconoce el papel decisivo de la ingeniería civil para el desarrollo de las respectivas sociedades, los gobiernos no la consideran entre sus prioridades. Además, los jóvenes se sienten atraídos cada vez en menor medida por una actividad tremendamente exigente y no suficientemente remunerada, cuando no muy mal remunerada, incluso para quienes han alcanzado los niveles más elevados de formación.

En las tres primeras ponencias y en sus subsiguientes debates se puso de manifiesto que las relaciones entre universidades y entre estas y la industria y las administraciones públicas viarias parten en muchísimas ocasiones de relaciones personales. Sin que estas desaparezcan, se insistió en la necesidad de crear canales de conexión estables e institucionalizados.

En esas mismas tres ponencias se expusieron, tanto por parte de los ponentes como por parte de los intervinientes en los debates, numerosos casos de éxito: doctorados conjuntos basados a veces, simplemente, en cotutorías; cátedras universidad-empresa; proyectos conjuntos de investigación, desarrollo e innovación; actuaciones de cooperación en terceros países con menor nivel de desarrollo; etc.

Por supuesto, se señalaron también las dificultades, como las derivadas de la delimitación de la propiedad (intelectual y/o económica), la diferenciación entre la dirección de los trabajos y la pretensión de condicionar los resultados, la remuneración de los participantes universitarios en los trabajos con la industria o con las administraciones públicas, etc.

Dicho todo esto, la ponencia que más debate generó fue la última, la que corrió a cargo de la Prof. Silvia Caro: cuál debe ser la formación de los futuros ingenieros civiles para hacer frente a los retos planteados en materia de sostenibilidad, resiliencia frente al cambio climático, digitalización, inteligencia artificial, et.

Mientras había quienes propugnaban cambios drásticos en los planes de estudio para que los estudiantes aprendieran el uso de las nuevas herramientas, otros manifestaron que si la generación de ingenieros que ahora está en torno a los 65 años fue capaz de adaptarse a la profunda evolución tecnológica acaecida en las últimas cuatro décadas, también lo harán las nuevas hornadas de ingenieros jóvenes. Por otro lado, quedó patente que subsiste el eterno debate entre formación generalista y formación especializada, aunque quizás haya que abordarlo bajo una óptica diferente de cómo era abordado en el pasado.

Y, para terminar, debemos recuperar una pregunta que lanzó en el debate final uno de los asistentes: ¿a dónde nos van a conducir estas discusiones? Ciertamente, no lo sabemos, pero se ha evidenciado la necesidad de mantener vivas estas puestas en común, no solo en futuros CILA, sino también fuera de ellos, entre congreso y congreso, pues ya nos conocemos y no hay nada que impida que estemos en contacto permanente.