domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Tiene España las carreteras que necesita?

El pasado 24 de septiembre, organizado por el Gabinete de Tele-Educación (GATE) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), se celebró en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos un debate cuyo título era el de esta entrada. Tuve el honor de participar en él junto a otros profesores de la UPM, representantes del Ministerio de Fomento y de la Asociación Española de la Carretera. El debate fue moderado por el Prof. Andrés Monzón y se puede ver completo en el siguiente enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=ubvU_cQi5uM&noredirect=1

Además, un amplio resumen del debate ha sido publicado por la UPM en su revista mensual (nº 26, octubre de 2013):

http://www.upm.es/sfs/Rectorado/Gabinete%20del%20Rector/Revista%20UPM/UPM_26_ver.pdf

De este reportaje entresaco a continuación las referencias a mis propias intervenciones seleccionadas por el periodista:

"Quiero hacer alguna precisión. Nosotros tenemos algo más de 15.000 km de vías de alta capacidad, pero en Francia, según datos de 2008, tienen 16.500. Evidentemente no es cuestión de si somos los primeros o no; la cuestión es si con lo que nosotros tenemos cubrimos suficientemente las necesidades de accesibilidad y de movilidad. Se puede decir que sí. ¿Se necesitan más vías de alta capacidad? Creo que, salvo algunos tramos, pocos y de corta longitud, la respuesta sería que no. ¿Necesitamos acondicionar la red convencional? Evidentemente sí. Y en ese caso es importante tener presente lo que ocurre en otros niveles administrativos diferentes del Estado, como las comunidades autónomas y las diputaciones provinciales.

En cuanto a las necesidades de conservación, hay un patrimonio creado del que hay que ocuparse, y no nos podemos permitir el lujo de que ese patrimonio se degrade. Mi tesis en este momento es que no es tanto aumentar las dotaciones presupuestarias que se dedican globalmente a conservación y explotación como que esas dotaciones se deberían distribuir de otra forma."


"Hay que ser muy cuidadosos a la hora de correlacionar los déficits de ese tipo de vías (las carreteras secundarias) con la accidentalidad. Se ha constatado que en muchos casos esos accidentes se producen porque una parte de la población parece que ha perdido la costumbre de circular fuera de autopistas y autovías, y no podemos convertir el 100 % de la red en autopistas y autovías."

"En los Presupuestos Generales del Estado el monto total que se destina a conservación y explotación ha descendido en los últimos años. En 2013 se han destinado 942 millones, una cifra de la que, desde mi punto de vista, no se debe reclamar su incremento en las actuales circunstancias. Estamos hablando de cómo ese monto se distribuye. Se están dedicando unas cantidades algo decrecientes, pero quizás aún excesivas, a lo que en el fondo es explotación: los llamados contratos de conservación integral. Está además muy constreñido este presupuesto por los acondicionamientos de las autovías de primera generación, quiero subrayarlo, algo que se diseñó de una manera disparatada y ahora es un lastre tremendo. Hoy en día, en lo que se refiere a actividades de conservación para mantener el valor patrimonial, sobre todo en términos de pavimentos, hemos pasado en cambio de cantidades que estaban en 2007-2008 en más de 550 millones anuales de licitación a sólo 11 millones en lo que llevamos de este año."

"El problema es que no se dedican los recursos a lo que se tendrían que dedicar prioritariamente. Existen estudios desde hace décadas que correlacionan el mal estado de los pavimentos con el mayor deterioro de los vehículos (agravado por el hecho de que éstos no se renuevan ahora tanto), el aumento del consumo de combustible y el aumento de las emisiones de CO2."

"Hay un sistema de financiación del que algunos son verdaderamente entusiastas, la llamada participación público-privada, pero que no es en este caso lo mejor para las cuentas de la nación, y eso se está demostrando. Y los que lo pagamos somos los ciudadanos."

"En España tenemos una situación muy complicada, en primer lugar, por cómo es el territorio y, en segundo lugar, por cómo se distribuye la población. Tenemos un territorio complicado para la construcción y explotación de infraestructuras: el centro y, luego, toda la periferia, prácticamente nada en el medio. Eso supone que los tráficos en esas zonas intermedias son muy bajos y hacen muy difícil la explotación, en particular en régimen de peaje. No es fácil encajar unas tarifas atractivas cuando la demanda es realmente baja para una infraestructura de ese tipo."

"Me gustaría acabar citando a Jesús Rubio y a Justo Borrajo, dos de los mayores expertos en planificación de carreteras en España: el problema es que se ha dejado de planificar sobre unas bases serias."